lunes, 5 de marzo de 2012

Problemática de la agricultura


Para trabajar las problemáticas de la agricultura se prestó especial atención, entre otros factores, a la utilización de los cultivos transgénicos y sus consecuencias. Para ello se ha leído el texto “Agricultura industrial y transnacionalización en América Latina”, de Walter A. Pengue, y se ha visto la película-documental “El mundo según Monsanto”, para luego desarrollar un trabajo práctico en base a una comparación de los mismos, y la consiguiente investigación sobre los distintos cultivos transgénicos que ya se están utilizando. A modo de resumen se puede destacar lo siguiente:
En ambos se puede observar claramente como un grupo muy reducido de empresarios con gran poder puede llegar a controlar y manejar toda la alimentación y la soberanía alimentaria de todos los países del mundo, teniendo vía libre para hacerlo.
En el año 1901 fue fundada Monsanto, en el estado de Missouri –Estados Unidos- dedicándose en un primer momento a la industria química, produciendo PCBs, aceites químicos utilizados como aislantes en los transformadores eléctricos. Sin embargo, en los años 80 dicho producto fue prohibido, ya que ocasionó una gran contaminación en el Estado de Anniston, Alabama. Luego la empresa, a raíz del desarrollo de la ingeniería genética, comenzó a adentrarse en el mercado de productos alimentarios con la puesta en el mercado de la soja transgénica y el herbicida Roundup, que, en vez de destruir las malezas, destruye todas las plantas, es altamente tóxico, provoca alteraciones en la división celular e induce a las primeras etapas que conducen al cáncer, que aparece en 30 o 40 años. A pesar de esto, la empresa ocultó su toxicidad para dejar vía libre al desarrollo de los transgénicos.
De esta manera Monsanto a logrado expandirse en forma muy exitosa por todo el mundo, donde, en la actualidad, el 70% de los cultivos es resistente a Roundup, y el otro 30% sufrió de transformación genética para fabricar un insecticida llamado Bt.
En los últimos años se puede considerar que todos los países de América han implementado y desarrollado los cultivos transgénicos con la finalidad de aumentar las extensiones de cultivos, vencer el mal de las malezas, plagas o enfermedades que aquejaba a todos los productores por la lucha con sus cultivos, y obtener mayores niveles de rentabilidad necesarios para continuar en la carrera biotecnológica que se ha implementado a nivel mundial. En la actualidad se está experimentando con una gran cantidad de cultivos como son el banano, café, tomate, arroz, tabaco, papa, papaya, caña de azúcar, camote, alfalfa, girasol, frutas, flores, vegetales y forestales en general.
En la Argentina hay millones de hectáreas en las que se han implementado los cultivos transgénicos y sin embargo, no cuenta con ninguna reglamentación en el ámbito de Ley Nacional que permita regular y controlar desde el estado a estas actividades. Por otro lado, son muy pocas o casi nulas las investigaciones llevadas a cabo sobre el impacto ambiental por la utilización del glifosato, así como la búsqueda de fuentes alternativas que provoquen un menor impacto en el medio ambiente. Estos cultivos genéticamente modificados, sobre todo la soja transgénica para la Argentina (por ser el cultivo más difundido) provoca a su vez el desplazamiento de una diversidad de producciones convencionales que conforman la dieta alimentaria del país, estableciendo un monocultivo de exportación que degrada y contamina completamente el suelo y que se exporta para alimentar ganado, mientras atenta contra la soberanía alimentaria del país y compromete la estabilidad y el aprovechamiento futuro de los recursos naturales, prácticas la mayoría de las veces subvencionadas por las economías más desarrolladas, como la de Estados Unidos.

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