lunes, 5 de marzo de 2012

Industrialización


Industrialización en Norteamérica:

La concentración espacial en gran escala de las industrias y el imparable desarrollo de metrópolis multifuncionales en la región situada entre los Grandes Lagos y el litoral atlántico, tuvo su origen en el desarrollo de la red ferroviaria y el rápido incremento demográfico que siguieron a la Guerra de Secesión. La hegemonía de esa región se gestó en la segunda mitad del siglo pasado, alcanzando su punto culminante a comienzos del presente, momento en que llegó a reunir casi las tres cuartas partes del empleo y la producción totales, para retroceder posteriormente a medida que se iniciaba la difusión hacia el entorno inmediato y, sobre todo, en dirección al estado de California. La diversificación productiva se convirtió en la principal característica de los estados orientales, donde los sectores más tradicionales como el textil o la confección coexistían con los de tecnología más avanzada vinculados a su carácter de principal región innovadora del país.
Frente a este territorio, convertido en el centro industrial por excelencia, los restantes mantenían un carácter de periferias, destacando tan sólo como excepción el caso de California. Aquí la variedad de recursos, sobre todo energéticos (hidroelectricidad y petróleo), la existencia de un mercado en crecimiento y muy alejado de los restantes, y el particular impulso que le otorgó la II Guerra Mundial al trasladar al Pacífico uno de los teatros de operaciones más importantes, permitieron la creación de una amplia base fabril en la que, junto a la industria naval y producción de bienes de consumo para la población, surgieron otros de alta tecnología y elevados efectos multiplicadores como la aeronáutica, la electrónica o las telecomunicaciones, muy vinculadas desde el principio al sector militar. Desde los años cincuenta, el desarrollo de la industria informática y de componentes electrónicos en el Silicon Valley, próximo a la universidad de Stanford, convirtió al entorno de la bahía de San Francisco en uno de los polos pioneros en el desarrollo de las nuevas tecnologías de información.
El resultado actual es una distribución que muestra ya una clara primacía de California, que es el estado más industrializado, seguido a cierta distancia por Texas, Ohio e Illinois. Toda la región se especializa en los sectores de alta tecnología, reuniendo el mayor número de áreas con alta densidad tecnológica, entre las que el Silicon Valley, en Santa Clara (California) y la carretera 128, en las proximidades de Boston (Masachusetts) ha alcanzado un resultado casi emblemático.
Entre ambos tipos de regiones industriales, la de los Grandes Lagos mantiene una mayor vinculación con los rasgos tradicionales. Es por ello que se ha padecido en los últimos tiempos un declive más agudo, que forzó una intensa reconversión de muchas grandes fábricas con un coste muy elevado en términos de empleo.

Industrialización en Latinoamérica:
El colapso que provocó a nivel internacional la Crisis del Veintinueve, acarreó una pérdida considerable de divisas para los países exportadores de materias primas minerales o agrarias. Ello motivó a los gobiernos a invertir sus capitales en industrias de bienes de consumo, bien fuesen alimentarias, textiles u otras de baja intensidad de capital,  con el objetivo de sacar a sus respectivos países del atraso industrial en el que se encontraban y a proteger las nuevas industrias de la competencia extranjera estableciendo medidas proteccionistas. En principio, las industrias se fueron localizando en las grandes ciudades, aunque se extendieron posteriormente por las regiones de mayor potencial demográfico, ubicándose en las metrópolis regionales.
En los años cincuenta, las grandes firmas multinacionales se sintieron atraídas por el mercado latinoamericano, de manera que, continuando con la política gubernamental de sustituir las importaciones, se orientaron sobre todo a la producción de bienes de consumo duraderos, principalmente automóviles. Otros sectores que también recibieron especial atención fueron el químico, farmacéutico, electrodomésticos, etc.
Sin embargo, este proceso de industrialización a atravesado graves inconvenientes. En primer lugar, por su concentración espacial; en segundo lugar, por la profunda dependencia tecnológica y financiera; tercero, por el paro y los problemas sociales ocasionados.
El papel aberrante jugado por el Estado, mediante la excesiva protección concedida a las producciones industriales, han provocado un rápido envejecimiento tecnológico de las plantas y una falta de competitividad de las empresas, acompañada de una clara ineficacia productiva. De esta forma, el Estado se ha encontrado sin recursos económicos para asegurar el funcionamiento del aparato productivo, con lo que las infraestructuras se han descuidado, dificultando los intercambios y la integración del mercado.
Todo ello, ha conducido a los distintos gobiernos hacia planteamientos neoliberales, reduciendo enormemente los aranceles exteriores, y privatizando empresas estatales ineficientes, hecho que se ha extendido por todo el territorio latinoamericano durante los años 90.


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