El tratado de Libre Comercio de
América del Norte (TLCAN) entró en operación el 1 de enero de 1994 y se
constituyó en el acuerdo de libre comercio que comprende al mayor mercado del
mundo y en el primer acuerdo que se firmara entre naciones de tan diverso grado
de desarrollo, México y Estados Unidos. El Acuerdo permite medidas para
intertar reducir las disparidades de desarrollo en el interior de México, así
como la posibilidad de trato especial a regiones, zonas deprimidas o productos
que se anticipaba podían ser afectados por la operación del TlCAN.
Las consecuencias que acarreó
sobre la economía mexicana fueron:
Las exportaciones mexicanas has
tenido un gran incremento. México se ha colocado como el segundo proveedor de
los Estados Unidos, después de Canadá. Sin embargo, en el transcurso del 2001
el comercio se desaceleró de manera muy significativa, en razón del freno de la
economía de los Estados Unidos. Por otro lado, han sido cuantiosas las
inversiones de países fuera del TLCAN, provenientes principalmente de la Unión
Europea, fundamentalmente entre 1994 y 1997. El destino sectorial de la
inversión extranjera directa se ha concentrado en la industria manufacturera.
Los principales rubros receptores fueron la industria automotriz, equipo
eléctrico y electrónico, alimentos, bebidas, tabaco y química. Dentro de los
servicios, el sector financiero ha sido el principal receptor de las
inversiones extranjeras.
En cuanto al empleo, se calcula
que más de la mitad de los empleos generados en México ente 1994 y 2000 estaban
vinculados a la actividad exportadora, principalmente asociados a la dinámica
de las maquilas. Sin embargo, el modelo maquilador tiene muy escasos efectos
multiplicadores sobre el resto de la economía interna, ya que los insumos
provienen fundamentalmente del exterior.
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